Responsabilidad de los residentes de Ciencias de la Salud, tutores y especialistas. 6ª Edición

158 z Inversión tecnológica: Es necesaria una inversión tecnológica no solo para las gestiones burocráticas de la FSE, sino también para poner en marcha nuevos métodos/herramientas docentes, como por ejemplo los programas de simulación. z Tutores/as: este es quizás uno de las mayores dificultades con los que se encuentran las CD y las JJEE, que requiere una solución urgente. Los problemas vienen derivados entre otros de: ƒ Inestabilidad laboral, eventualidad y traslados de centro, que dificultan enormemente a las JJEE mantener un grupo de tutores/ as estable, siendo esto, en el momento actual, un problema muy importante para las JJEE de las Unidades docentes multiprofesionales de Atención Familiar y Comunitaria, donde confluyen todo lo anterior. ƒ No reconocimiento salarial, curricular ni dedicación horaria para ejercer las labores tutoriales, dificultando la captación de nuevos tutores e incluso en ocasiones el mantenimiento de los existentes por poco o nulo margen de maniobra de las propias JJEE para hacer atractiva esta dedicación, si estos puntos que dependen en su mayoría de los servicios de RRHH (Recursos Humanos) no se facilitan ƒ Sistemas de acreditación/re-acreditación en ocasiones rígidos y no centrados en las necesidades reales de las diferentes CD. z Valor real del periodo formativo (evaluación y Currículo) de los residentes al finalizar la residencia: los criterios de contratación de los residentes al finalizar su periodo formativo son diferentes según la CCAA. En unas, es la nota final de residencia, dándole valor a lo realizado tanto por el residente como por el resto de las figuras docentes durante su formación, otras CCAA utilizan para dicha contratación como único criterio a igual merito, por ejemplo, la edad. Desde las CD y JJEE, debemos defender la implantación de un criterio uniforme y que de alguna manera de valor a todo aquello que durante el periodo formativo el/la residente/a haya realizado para conseguir la mejor formación posible. z Comunicación con organismos superiores: Como hemos mencionado antes, la comunicación con los órganos directivos debe ser fluida, pero también debe serlo y no siempre lo es, con los Departamentos de Salud de las CCAA a las que pertenezcan cada CD, para agilizar trámites burocráticos, determinar una oferta anual de residentes acorde a la demanda real y a las posibilidades formativas 158 Las organizaciones representativas de la profesión médica, como la Organización Médica Colegial, también prestan su ayuda a la causa humanitaria. Es el caso de la Fundación para la Cooperación internacional de la OMC, definida en sus Estatutos (art. 6) como una Fundación “con fines directamente relacionados con la sanidad y protección de la salud, con la cooperación al desarrollo, promoción del voluntariado y la acción social, facilitando la cooperación en el ámbito sanitario con especial énfasis en los aspectos de formación, transferencia de conocimientos, intercambio de profesionales sanitarios y ayuda técnica con los colegios o agrupaciones profesionales de los países receptores, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de la población de los países en vías de desarrollo”. De forma directa, colaboran con los Colegios de Médicos de cada Comunidad Autónoma, de forma que tanto estos por iniciativa propia como por medio de la Fundación, ofrecen becas anuales para proyectos de cooperación internacional. Además, y esto es de interés para el futuro cooperante, existe un acuerdo con Mutual Médica mediante el cual esta se compromete a una cobertura totalmente gratuita para el médico cooperante con seguro de responsabilidad civil profesional y asistencia tanto en viaje como por accidente (se puede solicitar en su página web). LABOR ASISTENCIAL DEL MÉDICO RESIDENTE EN LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Todos los médicos o sanitarios que nos planteamos “ir a terreno” con un proyecto de voluntariado, lo hacemos en primera instancia con una visión asistencial. El medio en el que vamos a trabajar determinará los recursos de los que disponemos, pues no es la misma situación atender a pacientes en un consultorio rural que en un hospital de referencia, aunque ambos se encuentren en un país en desarrollo. En numerosas ocasiones encontraremos patologías, ya sea por las cuáles consultan nuestros pacientes o un hallazgo casual en la exploración física o anamnesis, que no tienen cura. En adultos, por ejemplo, nos podemos encontrar con ciertos tumores malignos que no tienen tratamiento. En el caso de la pediatría, este abanico sin cura es aún mucho más amplio, pues podemos detectar malformaciones congénitas, cardiopatías, parálisis cerebral infantil… que por desgracia no tienen posibilidad de cura ni mejoría con los recursos de los que disponen. Este hecho puede hacernos sentir impotentes y que nuestra labor no sirve de nada (¿para qué estoy aquí si no soy capaz de curar?), pero nuestra visión debe ser mucho más amplia. Estas familias necesitan una explicación detallada, sensible y adaptada, al igual que la necesitan las familias de nuestros pacientes europeos. Necesitan un pronóstico y alguien que se lo explique en su idioma, que

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